12 diciembre, 2013

Exponga sus tesoros artísticos en el gigantesco museo de Google

Rembrandt

¿Se acuerda de esas fotografías olvidadas en una caja de metal o en un viejo álbum y que pertenecían a sus abuelos, o a los padres de sus abuelos? Sí, sí… Esas instantáneas en blanco y negro, la mayoría agrietadas por el paso del tiempo, y que llevan tiempo cogiendo polvo. Si aún conoce su paradero, recupérelas. Ahora sirven a un propósito más elevado que proporcionar refugio a ácaros y otros microorganismos que aniden en la despensa. Podrían entrar a formar parte del archivo histórico de la humanidad. Esa es, al menos, la idea de los creadores de Google Cultural Institute, la web del popular buscador enfocada a compartir todo tipo de archivos de interés cultural, ya sean fotografías, obras de arte o archivos de audio. A partir de hoy, cualquier persona, galería o museo puede difundir sus trabajos o enseñar sus polvorientas instantáneas con Open Gallery, una nueva aplicación que la site pone a disposición de los usuarios.

El resultado es algo así como una Wikipedia del arte. Ese es el objetivo que se han marcado en Google. Lo que comenzó en 2008 con Art Project, iniciativa de digitalización con fotografías de altísima resolución de algunas obras de los museos más importantes del mundo, continúa ahora con joyas más modestas aportadas por los usuarios. El Museo del Prado fue el primero en participar en un proyecto que adquiere ahora dimensiones globales. Cualquier usuario, rellenando un formulario, puede enseñar su trabajo. Esta idea abre un abanico de oportunidades, ya que no todos los particulares son expertos historiadores.

Cabe la posibilidad de que con el tiempo la iniciativa nos descubra alguna aportación relevante para la humanidad. Podría ser el caso de Dean Putney, un ciudadano alemán que descubrió un enorme archivo fotográfico, durante una visita a casa de su madre en 2011, que pertenecía a su abuelo sobre la primera Guerra Mundial y que ha decidido usar la tecnología Open Gallery de Google para mostrarlo al mundo.

Pero también puede ocurrir, como en Wikipedia, que algunas fotografías o trabajos subidos a la web pudieran ser falsos. Para evitarlo, el equipo chequeará los archivos subidos, ha asegurado esta mañana un portavoz de Google, aunque podrían ser tantos que finalmente la responsabilidad la tendrán los responsables de dicho material. “Se presupone que los que suben obras de arte o fotografías son artistas o personas que quieren compartir su material con todos”.

A las primeras obras publicadas en 2008 le siguieron otras de espacios tan relevantes como el Louvre de París o la National Gallery de Londres. “Se empezó a digitalizar de todos los museos llegando a punto en el que se decidió hacer una página propia”, explica la portavoz. Así nació Google Cultural Institute, un espacio propio para compartir cualquier obra de arte. Quizás la experiencia, detrás de una pantalla, no sea la misma, pero no todo el mundo tiene la oportunidad de visitar el MoMA de Nueva York.

Por eso, desde el salón de casa cualquiera puede contemplar, con la ventaja de no ser molestado por otros visitantes, el autorretrato de Rembrandt que se expone en National Gallery of Art de Washington o la obra Born, del artista Güll Llgaz, en el museo de arte moderno de Estambul. Además, la aplicación tiene una capacidad de detalle que permite al observador llegar casi a introducirse en los trazos del pintor con una nitidez que solo la tecnología es capaz de ofrecer.

La página web también pretende dar salida a las pequeñas galerías, que ahora tienen la posibilidad de compartir sus obras con los demás usuarios y, aunque sea un espacio virtual, protagonismo con artistas de la talla de Pablo Picasso, Botero o Van Gogh. Todas las funciones de la página web son gratuitas. “Nosotros nos encargamos de almacenar el contenido que quieras subir. Sin ningún coste. Solo tienes que subir imágenes, añadir vídeo, texto e instantáneas para crear tu propia exposición”.

Por José Ángel Montañés en El País.

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